Los años 80 fueron sinónimo de excesos en muchos aspectos, eso incluye también el mobiliario.
Navegando por la red hemos descubierto que esta década, a posteriori, ha generado un gran rechazo por su estética recargada, el abuso de los patrones geométricos, el uso de tonos pastel sucios, la presencia constante de papel pintado… También aumenta la presencia de las maderas macizas, un acabado con influencia estadounidense, donde se intentaba crear un estilo «country» en la ciudad.
Puede que mucho de lo que hemos visto: los tonos pastel, los patrones o el papel pintado sigan llevándose hoy en día, pero con mejor gusto, ¿verdad?